Lo que aprendí después de 31 días de gratitud
En diciembre hice un ejercicio de gratitud publicando diariamente algo por mi que estaba agradecida e invité a mis familiares, amigos y seguidores a hacerlo conmigo.
Aprendí lo importante que es tomar una pausa para reflexionar. En el 2022 pasaron muchas cosas y por vivir en modo «sigue adelante» no las había apreciado.
Ya no voy a publicar mis agradecimientos, pero los seguiré haciendo en mi diario.
Me sorprendió recibir gratitud de las personas de lo que aprendí qué a veces no veo lo que ya está ahí y también me pregunto cómo puedo generar más espacios de este tipo para intercambiar gratitud sin que exista alguna otra condición de por medio.
Me di cuenta que, hay mucho que agradecer de la vida cotidiana y estos momentos tienen tanta importancia como los grandes logros.
También compartieron conmigo agradecimientos por logros, por poder establecer límites, por pasar momentos con seres queridos, por haber seguido aunque fuera difícil. Me permitió conocerlos mejor, reconocerme en sus experiencias y ampliar mi panorama.
No crean que siempre soy como un osito cariñosito. La vida me ha traído lecciones difíciles y sé muy bien que, cuando estás pasando un mal momento, que a veces se prolonga meses, años, resulta complicado conectar con el agradecimiento.
Pero, es como encontrar la punta de la cinta adhesiva que se pegó, una vez que la encuentras puedes desenredarla y usarla.
Así los invito a encontrar algo por lo que esten agradecidos e ir avanzando poco a poco. No les prometo que su vida cambiará ni que manifestarán sus sueños inmediatamente, pero sí, que tendrán un cambio de perspectiva y, en mi experiencia, esto hace una gran diferencia.
Gracias por leerme.